Esta es la historia de
Ovidio, un joven que por azar del destino dio con una madre que le importaba
muy poco su vida, ya que ella por complacerlo, cuentan hizo un pacto con seres
del más allá.
Fue así como él empezó a
hacer de las suyas, dicen los que le conocieron, que el iba de pueblo en pueblo
llevándose las pertenencias de otras personas, pero lo curioso era que nadie le
podía hacer daño.
Aquella madre vivía
pendiente de las salidas de su hijo y hacia el ritual necesario para dejarlo
limpio de toda culpa.
Pero como todo tiene fin les
cuento que un día Ovidio salió sin que su madre se diera cuenta y
desafortunadamente llegó a un lugar dónde ya había estado.
Él dueño de la casa estaba preparado y sin ningún
remordimiento le propino un disparo por la espalda a Ovidio, y como ya
sabemos él iba desprotegido porque su madre no se dio cuenta cuando salió.
Cayo Ovidio de bruces yacía
sin vida en la casa de aquel hombre, imaginemos que el dio su versión de los
hechos y el ladrón solo quedó.
Pero les digo lo curioso ahí
no termina este cuento parece que apenas comienza, ya que dicen los abuelos que
esté joven quedo penando en todos los
pueblos por donde el pasaba.
Nadie podía llegar más tarde
de las doce a su casa, porque parecía que la tierra temblaba.
Algunas personas cuentan que
se oía de lejos el arrastrar de unas
cadenas, la fuerza de varios caballos halando fuertemente, pero lo más curioso
es que sentía una fuerza fuera de lo normal, como si algo siniestro fuera a
coger a la persona que alcanzaba oír aquel estruendo que hacía al pasar.
Una noche un señor que vivía
cerca de la bananera dónde terminaba el recorrido y el sufrimiento del tan
temido Ovidio. Le dio la curiosidad por asomarse a la ventana de su casa.
Recuerden que era la medianoche
ya casi daban las doce, un minuto faltaba en el reloj cuando él se asoma y
dicen los que lograron hablar con el señor después de amanecer desmayado,que era algo
indescriptible salía llama de dónde se supone era la silla del cochero, las
cadenas eran horripilantes y los caballos echaban chispas de sus ojos no se explica
él cómo pudo regresar, por un momento se sintió morir, las fuerzas lo
abandonaron, sus piernas flaquearon cayendo desmayado.
Por eso un consejo les doy
aunque usted no lo crea, no trate de averiguar lo que un buen susto le pueda
ocasionar y así termina este cuento tan temido por la gente de aquel lugar.
Fin
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